La edificación de una vida familiar sana, incluye la formación de hijos en principios y valores que resulten transformadores y, al mismo tiempo, transferibles a las nuevas generaciones.
Si bien es cierto la relación conyugal disminuye su intensidad cuando llegan los hijos, no podemos pensar que eludir esta responsabilidad que Dios nos ha delegado, no nos permitirá mantener la unidad. Leer Más